Después del Carnaval, empieza la actividad en Brasil… Algo difícil de comprender para algunos extranjeros que hacen negocios con el gigante latino; el hecho de que país para casi por completo desde Diciembre y tan sólo vuelve a su plena actividad en Febrero, aunque si tenemos en cuenta de que en Brasil estas fechas coinciden con las vacaciones de fin de año y verano, con el fin del año fiscal para las empresas, el cierre de las cuentas públicas y las vacaciones académicas, todo parece cobrar sentido, Enero es para Brasil lo que Agosto es para Europa, un mes de baja productividad en el cual las empresas establecen sus directrices y esperan los resultados de los índices apurados por el gobierno para el año anterior, además de las previsiones para el año próximo.
Este año el panorama internacional dicta gran parte de las políticas macroeconómicas en Brasil, aunque por otro lado se espera una mayor actividad del principal pilar de la economía, el consumo interno y las inversiones públicas.
El país tiene el menor tipo de interés de la historia, aunque por otro lado sigue siendo uno de los más altos del mundo, lo que garantiza rentabilidad para las inversiones. El mercado de trabajo sigue con excelentes resultados, registrado el menor índice de paro de la historia. Aun así, no existe un consenso sobre el desempeño de la economía brasileña, ya que si por un lado el PIB no respondió a las expectativas del mercado, por otro lado el país nunca presentó índices sociales tan estables y una economía interna tan consolidada.
¿Qué podemos esperar de Brasil?
Aunque el país sea un gran exportador, debemos recordar que actualmente la base de la economía brasileña es el mercado interno, de modo que el crecimiento de la economía es una certeza, sobre todo tras el lucro de algunas redes que pueden servir como indicadores, como el lucro del Grupo Pão de Açúcar que en apenas un año, aumentó 60%, dejando evidente que el consumo interno sigue.
El mercado inmobiliario sigue entre los más activos del mundo, con fuerte control del gobierno y un sistema de financiación diferente del americano y del europeo, lo que garantiza cierta estabilidad, además el país aún posee un fuerte déficit de viviendas y un margen amplio para las líneas de crédito en relación a la capacidad del sistema financiero.
El mercado de trabajo, sigue activo, habiendo importantes oscilaciones entre los estados de la federación, aún así, sirven como base para la economía interna.
Por otro lado la valorización del Real, hace con que los productos brasileños pierdan competitividad frente a países más baratos, como por ejemplo China, dificultada las exportaciones aumentando las importaciones, que acaban por impactar en la inflación de determinados productos.
Gran parte de los productos básicos son commodities y acaban entrando en el ciclo vicioso de la valorización cambial, siendo esta la responsable de que el país haya perdido el puesto de 6ª mayor economía para 7ª.
Inversiones en productividad e infraestructura logística es lo que realmente necesita la economía brasileña, para reducir el llamado “Coste Brasil” de modo que el gobierno federal debe agilizar las iniciativas públicas y aumentar la participación del sector privado.
Foto: Salón del Auto - São Paulo 2012. By Divulgação.
Por otro lado las empresas brasileñas y multinacionales localizadas en Brasil, deben despedirse de los lucros billonarios de los años anteriores, lucros como el del Banco Itau de más de 3 mil millones de Reales en tan sólo un semestre, deben reducirse y adaptarse a la realidad económica derivada de una mayor estabilidad interna.
Existen muchas quejas en la prensa nacional, muchos ejecutivos quejándose del gobierno y de la economía, algunas pensando incluso en despedir como las montadoras de coches, siendo esto más próximo a una pataleta infantil que una situación de dificultad, ya que al contrario de lo que ocurre en Europa, las montadoras en Brasil llevan 4 años superando los récords de ventas, gracias sobre todo a los incentivos fiscales cedidos por el gobierno, registrando el mayor lucro de la historia del sector, siendo quizás la oportunidad de invertir en productividad en lugar de mantener las cuentas de la sede en Europa o EUA.
Wesley S. T Guerra
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